Te contamos sobre un ejercicio rápido y fácil de realizar que te ayudará a recuperar la armonía interior.
Todos, al menos una vez en la vida, hemos notado lo fácil que nuestra conciencia cambia del pensamiento positivo al negativo, y lo difícil que puede ser volver al primero. En esos momentos siempre hay que recordar que por muy difícil que sea “levantar las manos” y salir del abismo de las emociones y pensamientos negativos, es posible.
Ejercicio “Iceberg de la ira”: ¿Qué es?
Uno de los ejercicios clásicos para combatir la negatividad es el “Iceberg de la ira”, desarrollado por la psicóloga Ashley Lipman. Su significado radica en que cualquier situación o estado negativo que te haya ocurrido debe ser representado como la punta de un iceberg, y sus causas, como su parte inferior, la más masiva. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, a menudo, un solo ejercicio de este tipo no es suficiente para combatir la negatividad, y para eliminarla por completo es mejor combinar varios métodos a la vez. Pero si tu tarea es deshacerte de la energía negativa lo más rápido posible, no encontrarás mejor herramienta que el ejercicio “Iceberg de la ira”.
Instrucciones para su realización
Piensa en cómo te sentirás con respecto a la situación negativa después de un tiempo.
Por ejemplo, alguien te gritó desde el coche de al lado y se comportó de forma muy grosera. Después de eso, te enfadaste si no fuiste culpable de lo sucedido. Todo te molesta, te sientes muy mal. Pero imagina cómo te sentirás al respecto mañana, dentro de una semana, dentro de un mes… ¿Y dentro de un año? ¿Has sentido cómo ha bajado el grado de ira en tu interior? Entonces, vamos a seguir adelante.
Calcula la fuente de la negatividad y deshazte de ella.
Todas las situaciones que traen energía negativa a tu vida son muy individuales. Y si esta situación ha ocurrido, lo primero que hay que hacer es entender cuál es la causa de las emociones negativas y deshacerse de ellas. La ira, la desesperación, el enfado, todo esto puede compararse con la parte del iceberg que se ve en la superficie del océano. Pero debajo de ella se esconde otra parte, más grande: la causa o el conjunto de causas que provocaron estas emociones. Tienes que descomponer tranquilamente lo sucedido en tu cabeza y comprender con precisión qué o quién causó este estado negativo. Sólo cuando estés cien por cien seguro de la conclusión a la que has llegado y de que no es una decisión impulsiva tuya, debes empezar a eliminar la fuente original de los pensamientos y emociones negativos.
Es importante darse cuenta de que si las emociones positivas nos dan energía, las negativas la “chupan”.
En el mundo actual, cualquier persona necesita mucha energía: en casa, en el trabajo, para las reuniones, para hacer deporte y para pasar tiempo consigo mismo. Si con todo esto te obsesionas con las emociones negativas, la mayor parte de tu energía se va a ninguna parte y al final simplemente no te queda para alcanzar tus objetivos. Te conviertes en una persona amargada, cansada y apática, que no tiene fuerzas para nada (lee también: “Efecto langosta“: por qué nos rendimos después del primer fracaso (y cómo encontrar la fuerza para seguir adelante)).
Compensa lo negativo con lo positivo.
Una vez que te hayas librado de la causa de las emociones negativas y te hayas dado cuenta de que te están quitando mucha energía, deberías añadir algo positivo a tu vida. Dedícate a algo que seguramente te proporcione emociones positivas: ver una película o leer un libro que te inspire y te llene de energía. Dar el primer paso hacia una mejor visión del mundo siempre es difícil, pero sólo tú puedes prepararte para ello.
Si te das cuenta de que experimentas emociones negativas debido a un ser querido, tu cónyuge o tus hijos, que están enfadados o resentidos por algo, no te lo tomes como algo personal ni asumas sus emociones. A menudo, debido a la vulnerabilidad interna y la impulsividad, podemos transferir nuestras emociones a otras personas sin querer hacerles daño. Por lo tanto, no te tomes a pecho ningún grito, enfado o reproche; es mejor que intentes aclarar la causa de la negatividad y actuar en consecuencia.
Todas las técnicas conocidas para deshacerse de las emociones negativas son muy individuales. Puedes beber un vaso de agua y eso ya te ayudará, o puedes someterte a un tratamiento completo con un psicoterapeuta y seguir sin deshacerte de los problemas que han surgido. Algunas personas sólo necesitan trabajar la situación una vez, mientras que otras necesitan un conjunto completo de ejercicios. Pero esto no significa en absoluto que haya que bajar los brazos y dejar de trabajar las emociones, ¡sino todo lo contrario!
Busca tu propio enfoque individual de la situación, utiliza métodos complejos y no dejes que el proceso de recuperación siga su curso. Recuerda: cuanto más tiempo soportes la influencia de la negatividad, más difícil te resultará salir de ella.