El gurú financiero posee pozos petroleros, bienes raíces y campos de golf valorados en miles de millones de dólares. Pero hay un matiz: el dinero para las inversiones lo ganó con libros y cursos. ¿Puede un inversor principiante aprender algo de él? Intentaremos resolverlo.
Sus ideas pueden inspirar a quienes buscan un cambio de mentalidad (-yo soy-), pero los críticos señalan que no hay garantías de éxito en sus estrategias.
¿Por qué ganar dinero con bienes raíces si puedes ganar dinero con quienes quieren ganar dinero con bienes raíces? Así se puede caracterizar brevemente la historia de éxito de Kiyosaki.
Actualmente, una entrada para su presentación cuesta un mínimo de 300 dólares. Todo lo que los participantes obtienen de su “stand-up show” es la primera tarea para el hogar. Debes pensar bien y escribir en una hoja de papel la cantidad que te gustaría ganar en un futuro previsible.
Con la hoja, llegas a los mini-cursos, cuyo costo ya es de 1500 a 3000 dólares. Y el objetivo principal es vender un curso de formación avanzado con un instructor personal por 45 000 dólares.
Pero, ¿quién es Robert Kiyosaki y por qué la gente está dispuesta a pagar grandes sumas de dinero por su tutoría? Para entender esto, profundicemos en su biografía.
¿Quién es Robert Kiyosaki?
Robert Kiyosaki es una figura enigmática que mantiene su vida personal en privado. Aunque afirma ser indiferente al lujo, posee una casa de 1.5 millones de dólares en Phoenix y varios coches deportivos, lo que contrasta con su mensaje de consumo racional.
Su fortuna, estimada en unos 100 millones de dólares según fuentes como Celebrity Net Worth, proviene principalmente de la venta de libros, seminarios y productos de la marca Rich Dad. Algunos especulan que podría alcanzar los 2 mil millones, pero no hay confirmación oficial de fuentes como Forbes.
Sus seminarios, que generan unos 10 millones de dólares al año, tienen entradas iniciales desde 300 dólares, aunque los asistentes son frecuentemente incentivados a comprar cursos más caros, que van de 1500 a 3000 dólares, o programas avanzados de hasta 45,000 dólares. Ha escrito 27 libros, siendo “Padre Rico, Padre Pobre“, coescrito con Sharon Lechter, el más exitoso, con 40 millones de copias vendidas. Su aparición en el programa de Oprah Winfrey en 2000 impulsó significativamente su popularidad, consolidando su imagen como gurú financiero.
Infancia y Juventud
Robert Kiyosaki nació en 1947 en Hawái, en una familia de una enfermera y un ministro de educación del estado. Además de él, había otros tres hijos, todos ellos asistieron a escuelas prestigiosas.
Más tarde, el padre de Robert se postuló para gobernador del estado, pero perdió ante sus oponentes políticos. Su siguiente fracaso fue una inversión en una cadena de restaurantes. Gradualmente, la próspera familia Kiyosaki perdió todo, incluida la casa.
Cuando la carrera del padre de Robert se vino abajo, el futuro coach de negocios se decepcionó con su estrategia de vida. Pero quedó impresionado por el padre de su amigo Mike: no podía presumir de una buena educación, pero prosperaba como hombre de negocios. Cuando el niño tenía poco más de diez años, el padre de Mike lo invitó a trabajar en su obra de construcción. A cambio de su trabajo, jugaba con él al “Monopolio” y le enseñaba los fundamentos de la educación financiera.
En la década de 1980, después de participar en la guerra de Vietnam, Kiyosaki ingresó en la Universidad de Nueva York para obtener una maestría en administración de empresas. Sin embargo, no le gustó estudiar. Luego, Robert consiguió un trabajo en Xerox como agente de ventas. Durante varios años, trabajó diligentemente y ahorró dinero para acumular el capital inicial para las inversiones. Trabajó casi sin fines de semana, superando con creces la jornada laboral normal.
En este período, se le ocurrió el concepto de “carrera de ratas“. Según él, el trabajo profesional honesto nunca traerá crecimiento del bienestar. A medida que aumenten los ingresos, también lo harán las necesidades. Una hipoteca para una casa, gastos para un automóvil, la necesidad de ahorrar para la educación de los hijos: todo esto convertirá la vida de cualquier representante de la clase media en una interminable carrera de ratas. Y si pierdes tu trabajo, de todos modos terminarás en la pobreza.
Historia de Éxitos y Fracasos
El primer negocio en la biografía de Kiyosaki fue la producción de billeteras impermeables para surfistas. El dinero ganado, Robert lo invirtió en la bolsa de valores en la década de 1980. Y luego las acciones se desplomaron. Lo perdió todo, quedando con deudas de un millón de dólares.
Otro negocio fallido fue la producción de camisetas. Esta vez, el futuro gran asesor financiero también perdió su casa.
Después de un largo camino de sufrimiento, encuentra aquello en lo que realmente es fuerte: escribir libros. Kiyosaki lanza el famoso libro “Padre Rico, Padre Pobre“. Es cierto que no lo escribe solo: la socia comercial y contadora profesional Sharon Lechter le ayuda con el bestseller.
Después del éxito del libro, abre la firma The Rich Dad Company y comienza a enseñar a otros cómo hacer dinero, actuando como motivador de negocios. Pero, ¿qué tan efectiva es su tutoría?
En 2006, Kiyosaki aparece en un programa de televisión y asesora a tres personas, cada una de las cuales invierte 1000 dólares bajo su tutoría. Sin embargo, los consejos del gurú financiero no ayudan en nada: pierden sus inversiones.
En 2007, la Oficina de Propiedad Estatal de Ohio emite una advertencia: los modelos de negocio de Kiyosaki no solo son ineficaces, sino también peligrosos.
Tres años después, la televisión canadiense realiza una investigación y llega a la conclusión de que las promesas de los presentadores del seminario “Padre Rico” sobre su éxito son falsas. Resultó que las tierras en las que el coach proponía invertir no eran rentables en absoluto.
Más adelante, en 2012, la empresa Rich Global LLC, propiedad de Kiyosaki, se declara en bancarrota debido a una deuda de 24 millones de dólares con los socios promotores. Robert se niega rotundamente a saldar la deuda con sus propios fondos.
“Soy rico porque estoy endeudado”: Robert Kiyosaki y su polémica declaración. https://t.co/Te6hPUfHCH pic.twitter.com/osml0arbf8
— Alto Nivel (@altonivel) February 5, 2025
Si no entras en detalles, Kiyosaki parece una persona muy exitosa. Tiene libros escritos en colaboración con Donald Trump e incluso una editorial común con él.
Sin embargo, las últimas tres décadas han sido un verdadero auge de las pirámides financieras, el marketing multinivel y la venta de humo. Por lo tanto, no hay nada que sorprenda aquí.
Y aun así, ¿hay algo útil que se pueda extraer de las enseñanzas de Kiyosaki?
¿De Qué Escribe en su Libro Principal?
Puntos Clave del Libro “Padre Rico, Padre Pobre”
La primera pregunta que se hace el autor del libro “Padre Rico, Padre Pobre” es por qué la gente está dispuesta a trabajar duro durante años por poco dinero, sin esperar cambiar su vida alguna vez.
En su opinión, la razón radica en la propia estructura de la sociedad: tienes que seguir las tradiciones, los cimientos y compararte con el nivel medio.
Y en la escuela, en su opinión, no enseñan lo que se necesita en absoluto. Lo primero que debe constituir la base de la educación escolar es la educación financiera.
Para ello, Kiyosaki lanzó el juego “Cashflow“, que es similar a una versión más compleja del “Monopolio“. Se presta mucha atención a las condiciones iniciales del jugador. La tarjeta personal contiene datos sobre ingresos, gastos, deudas con los bancos, etc. Después de aprender a navegar por la tarjeta, el jugador adquiere una comprensión de cómo funciona la bolsa de valores y aprende a equilibrar el balance.
La segunda razón de la pobreza de la mayoría de las personas, Kiyosaki la llama la codicia humana ciega. Persiguiendo pequeños bienes materiales, no somos capaces de ver la raíz y pensar estratégicamente. No estamos dispuestos a negarnos los placeres inmediatos por el bien de los ahorros.
La siguiente pregunta que preocupa al autor es por dónde empezar el camino hacia una vida mejor.
Kiyosaki responde así:
- evaluar de manera realista sus medios;
- aprender a correr riesgos;
- no ser perezoso y seguir aprendiendo, pero no solo habilidades especializadas, sino la gestión de flujos financieros, sistemas, personas y su propia eficiencia;
- estar muy motivado y ver constantemente el objetivo.
A excepción del segundo punto, suena bastante bien. Sin embargo, los consejos concretos del coach causan perplejidad. Por ejemplo, recomienda obtener una hipoteca sin pago inicial e invertir en acciones de alto riesgo. Aunque él mismo perdió enormes sumas de dinero de esta manera en su juventud.
También hay muchas reflexiones en el libro sobre el pensamiento de las personas exitosas. Aquí parece que no hay nada que objetar: hay que gastar lo menos posible, tratar de evitar los pasivos e invertir solo en activos. Y también – estudiar el código tributario y la jurisprudencia, para entender cómo evitar la tributación excesiva.
Conclusión
Toda la historia de éxito de Robert Kiyosaki está rodeada de litigios, bancarrotas e insatisfacción de los inversores, que, después de sus consejos, en el mejor de los casos no recibieron nada, y en el peor, perdieron dinero.
¿Qué responde el propio gurú a esto? Que siempre hay clientes insatisfechos en cualquier ámbito.
A la pregunta principal, ¿quién es él, un inversor competente o un manipulador talentoso con una lengua viperina?, es difícil de responder. Después de todo, amasó su fortuna exclusivamente con libros y entrenamientos. ¿Podría repetir el éxito simplemente operando en la bolsa de valores? La historia no conoce el modo subjuntivo, por lo que solo se puede suponer.
Una cosa es segura: solo en los últimos dos años ha surgido toda una serie de revelaciones ruidosas sobre los infobusinessmen que se presentaron como empresarios e inversores exitosos. Y cada historia es sorprendentemente similar a la historia de Kiyosaki, aunque a menor escala.
Por mucho que queramos creer que la historia de éxito de alguien se puede repetir, esto es, por desgracia, una ilusión. No hay una receta que garantice un futuro brillante. Pero si a alguien le inspiran historias similares y le sirven de motivación, ¿por qué no? Lo principal es que sea precisamente inspiración y no aturdimiento. A veces es tan fácil confundirlos.